Aprendo mucho sobre los humanos haciendo deporte; hoy concretamente en un partido de padel me dice un compañero: «los partidos se ganan arriba». En el padel puedes atacar («arriba») o defender («atrás») ….y es que en mi caso mi estilo de vivir se traslada tanto al deporte que atacar me cuesta muchísimo…
Esta frase, a parte de lo anterior, me ha ayudado a tomar conciencia de cómo nos posicionamos antes las situaciones y en consecuencia cómo las vivimos: como en el partido, si voy a jugar o voy a ganar, en la vida, si voy «a que me salgan las cosas bien» o voy «a hacer las cosas bien
Y aquí es donde veo yo las grandes diferencias entre las personas satisfechas y felices y las personas infelices y que sufren constantemente.
Quienes tienen mayores niveles de insatisfacción vital y sufren constantemente (se quejan, juzgan a los demás porque su punto de vista es el bueno y el de los demás es el malo…) actúan buscando «ganar», es decir, buscando un resultado elaborado por ellos o planificado poco margen para los cambios, desajustes o fallos propios o ajenos.
Párate a pensar: ¿en tu vida hay cambios? ¿cuántas veces en el trabajo, casa … se producen desajustes o errores? Si lo habitual hoy día es el cambio y la incertidumbre…. ¡Es que nos seguimos aferrando a un mundo que no existe!
El sufrimiento ocurre porque queremos que las cosas sean diferentes a como son.
En cambio, la satisfacción y paz interior, felicidad o el nombre que quieras dar a la sensación de estar tranquilo y sin preocupaciones tiene que ver con una forma de entender la vida mucho más realista y que se basa en algunas reglas sencillas:
- actuar buscando hacer lo mejor que pueda (y no tanto el resultado del hacer), centrado en el hacer, en mi hacer (y no en el del vecino)
- tener claro como el agua que en la vida siempre se producen desajustes, errores y que se seguirán produciendo
- abrir los ojos ante la certeza y humildad de que tú también cometes errores, y acordarte de eso cada vez que juzgues el de otro
- aceptar por tanto las diferencias, cambios, incertidumbre y en este sentido aprender a vivir con más calma ante ellas para tener relaciones más sanas y constructivas con los demás, puesto que a todos nos ocurre lo mismo
La cultura de ganar está muy metida dentro de nosotros…fíjate si fuéramos al trabajo y dijéramos «vengo a hacer lo que puedo». Suena mejor decir: ¡»voy a vender …!!» aunque sea mentira.
También podemos entrenar nuestra capacidad para expresar esta nueva forma de «jugar viviendo»: «vengo a dar todo para este proyecto», «voy a poner toda mi ilusión y competencia en …»
Se trata, en definitiva, de cuestionarnos el modelo en base al que actuamos: competir, que es «falso» por imposible, estresa, genera sufrimiento y malestar, o implicarse, que motiva a las personas, cohesiona a los equipos y genera la gran satisfacción de saber y sentir que uno hace todo lo que puede y debe.
Y es que hacer lo que debes puede ser una buena brújula que nos oriente hacia la felicidad. ¿Qué otras puedes encontrar?